Carta de un funcionario de los nuevos ricos.

Creo que merece la pena leerla:

http://historiasdelahistoria.com/2010/03/07/carta-de-un-funcionario-a-los-nuevos-ricos/

La carta no tiene desperdicio, está fabulosa

Afortunadamente no se proclama a sí mismo como portavoz o representante de los funcionarios. Algo es algo.

Por cierto, muy triste el leer a alguien con tanta rabia contenida durante años.

PA TE TI CO

Yo a vueltas con mis trienios, que tengo más, como decía uno, que matusalem, no digo cuanto es mi "salario" mensual con nivel 18 porque está por debajo de los 1.476, euros sin exclusiva, de este funcionario, a ver como se le queda el careto a más de un@. Salud

vardo escribió:Afortunadamente no se proclama a sí mismo como portavoz o representante de los funcionarios. Algo es algo.

Por cierto, muy triste el leer a alguien con tanta rabia contenida durante años.

Vardo, ¿tú eres empleado público?, ¿eres al menos un trabajador por cuenta ajena (que no sea un político)?

Sí, lo soy. Soy funcionario de la Seguridad Social.

Y del Estado en situación de excedencia. Así mismo tuve contrato laboral con diversas empresas durante varios años.

Espero haber satisfecho tu curiosidad, Frozen.

Pues no, ahora siento todavía más curiosidad sobre el porqué de tu contrariedad por esa carta, no digo que yo la suscriba al 100%, hay detalles que me gustan más que otros, pero básicamente habla de que siempre nos han visto a los funcionarios con una mezcla de envidia y menosprecio (curiosa mezcla, la verdad), ese es el quid de la cuestión, que nosotros éramos unos enchufados, pero no en un buen sitio, sino en uno donde ellos no desearían estar, no obstante, ahora parece que seamos los responsables de todos los males de la humanidad.

Yo no me alegro de las desgracias ajenas, ni siquiera de los trepas de esta década "burbujeante", todo lo más, me alegro de que pierdan lo conseguido por medios ilegales o por explotación de los demás, pero coincido mucho con el punto de vista que ese funcionario expone.

¿Contrariedad con esta carta? en absoluto.

Solamente formulé dos afirmaciones. La primera: que afortunadamente no se erigía en representante del colectivo de funcionarios.

La carta está escrita desde un plano absolutamente personal, y con ello no trata de formular una opinión mayoritaria o colectiva. Asume, por lo tanto, la completa autoría de la carta, algo que es de agradecer.

Resulta ridículo convertirse en portavoz de un colectivo tan numeroso, amplio y hetereogeneo como es el de los funcionarios. Colectivo en el que podemos encontrar opiniones profundamente opuestas e incluso enconadamente contradictorias.
Por lo tanto, nadie debería (ni siquiera intentarlo) ser portavoz de este colectivo.

Habrá quien estará de acuerdo con esta carta y otros no, no hay más.

Mi segunda afirmación fue: me resulta triste leer alguien con tanta rabia contenida durante años.

Esa es la impresión que a mí, personalmente, me quedó tras la lectura de la carta: rabia y ánimo de revancha.

Quien escribe la carta habla largamente de situaciones que él ha considerado afrentas personales a su capacidad y formación. Habla extensamente de múltiples situaciones en las que se ha obligado a sí mismo a guardar silencio ante el menosprecio de otras personas.

Ahora, aprovechando la situación, hace una carta que finaliza con un sonoro: "que se jodan".

Rabia, infinita rabia contenida, eso es lo que leo en esa carta.

No hablaba yo, por lo tanto, de si existían razones o no. Ni hablaba de si compartía o dejaba de hacerlo con su punto de vista.

Me pareció triste ese sentimiento de rabia que aflora en cada una de las líneas, puesto que empaticé profundamente con el autor de la misma.

A lo dicho por Vardo, estoy de acuerdo en que se trata de una opinión personal de quien la escribe, él dice lo que piensa y no dice representar a nadie, cosa que le honra, porque ya bastante gente dice representarnos. En cuanto a la rabia contenida, no sé si es porque esos nuevos ricos se han cargado el país o porque está harto de que le tomen por tonto y por enchufado, de todos modos, tanta incultura acumulada, tanto querer ganar dinero pronto y sin esfuerzo, han creado un país que vive por encima de sus posibilidades, donde se le ha enseñado a los jóvenes que estudiar y ser competente es de tontos, pero especular y buscar un buen pelotazo es de listos, pero no, eso es de listillos, no de inteligentes, con listillos un país no avanza, retrocede.

¿Queréis un ejemplo de uno de esos nuevos ricos analfabetos?, es bien conocido "Matías el humilde", un empresario de obras públicas que chulea hasta el infinito con sus superdeportivos de centenares de miles de euros, demostrando que no tiene dos dedos de frente y que seguramente no ha acabado ni la educación primaria, pero ha ganado montañas de dinero:

https://www.youtube.com/watch?v=IFqEZRzFK9Y

Son también muy aconsejables las parodias varias que de él se han hecho.

Me gusta este artículo, aunque no sea un periódico que suela leer:

http://www.abcdesevilla.es/20101018/opinion-editoriales/mito-funcionario-20101018.html

Haré tan solo una anotación al artículo del abcdesevilla:

Muchos de los trabajadores laborales de la administración han superado una oposición con criterios de igualdad, mérito y capacidad del mismo modo que un funcionario de carrera.

Asunto distinto son aquellos empleados con contrato laboral que acceden a la administración sin esas condiciones. Pero, de entrada, no me parece totalmente afortunada esa distinción.

Ayer después de mandar mi comentario, me di cuenta que querría haber hecho una aclaración: por supuesto que hay laborales (como indica Vardo) que acceden con todas las de la ley, igual que contratados e interinos que lo hacen tras haber superado algún examen de oposición y estar en una Bolsa, o inscritos como demandantes de empleo en donde figura su curriculum. Yo pienso en todos los demás: puestos a dedo, cargos de confianza, el primo de... y el de más allá.